Reconocer la necesidad de reemplazar el alternador requiere comprender tanto las señales de advertencia obvias como los síntomas más sutiles de deterioro. El indicador más claro se produce cuando la luz de advertencia del sistema de carga del vehículo (generalmente con forma de batería) se enciende en el tablero. Esta luz se conecta directamente al sistema de monitoreo computarizado, que detecta cuándo el alternador no mantiene los niveles de voltaje adecuados. Sin embargo, confiar únicamente en esta luz de advertencia puede ser engañoso, ya que algunas fallas ocurren gradualmente sin activar la alerta de inmediato.
Las anomalías del sistema eléctrico suelen ser la evidencia más clara de un problema con el alternador. Es posible que notes que los faros delanteros se atenúan notablemente al ralentí, pero se intensifican al acelerar, o que las luces interiores parpadean o pulsan rítmicamente con la velocidad del motor. Estos síntomas indican que el alternador está perdiendo capacidad para mantener un voltaje constante. Los paneles de instrumentos digitales modernos pueden mostrar un comportamiento errático: los indicadores fallan o se reinician, o el sistema de infoentretenimiento se reinicia inesperadamente mientras conduces. Estas situaciones sugieren fluctuaciones de potencia que un alternador en buen estado evitaría.
Los síntomas relacionados con la batería también indican problemas con el alternador. Una batería que requiere arranques frecuentes a pesar de ser relativamente nueva sugiere que el alternador no la está recargando correctamente. Por el contrario, un alternador que produce un voltaje excesivo (superior a 15 voltios) puede provocar la evaporación del líquido de la batería, lo que se evidencia por la corrosión alrededor de los terminales o un olor a azufre. Muchas tiendas de repuestos ofrecen pruebas gratuitas del sistema de carga que miden la potencia del alternador en diversas condiciones de carga, proporcionando datos cuantitativos sobre su estado.
Los ruidos inusuales provenientes del alternador requieren atención inmediata. Un rodamiento desgastado suele producir un chirrido o rechinamiento agudo que varía con la velocidad del motor. El chirrido de la correa al acelerar podría indicar que los componentes internos del alternador se están agarrotando, lo que genera una resistencia excesiva. Estos síntomas mecánicos suelen preceder a una falla eléctrica completa.
Para quienes se familiarizan con los diagnósticos básicos, un multímetro puede revelar información valiosa. Con el motor en marcha, un sistema de carga en buen estado debe mantener entre 13,5 y 14,5 voltios en los terminales de la batería. Las lecturas constantes por debajo de 13 voltios indican una carga insuficiente, mientras que los picos por encima de 15 voltios sugieren una falla del regulador. Realizar esta prueba con varias cargas eléctricas activadas (faros, desempañador trasero) proporciona la evaluación más precisa.